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Los pilares del sistema político cubano

Independencia, unidad, participación y poder popular, no discriminación y justicia social


El cuestionamiento al sistema político y electoral cubano, constituye uno de los pilares fundamentales de la campaña anticubana que lidera Estados Unidos en materia de democracia y derechos humanos.

En esta campaña, Estados Unidos cuenta con el apoyo de otros países capitalistas industrializados, en su mayoría antiguas metrópolis coloniales, también interesados en imponer a los países en desarrollo un modelo de organización política que les permita continuar controlándolos y sometiéndolos a su dominación.

Los personeros de Washington pretenden demostrar la supuesta incompatibilidad del sistema político que establece la Constitución de la República de Cuba con las normas internacionalmente aceptadas en materia de democracia y derechos humanos, fabricando una falsa imagen de una sociedad intolerante e inmovilista, que no permite la pluralidad y la participación política.

Los dos Pactos Internacionales de Derechos Humanos reconocen que “todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación, en virtud del cual establecen libremente su condición política y proveen asimismo su desarrollo económico, social y cultural”.

En la Declaración y Programa de Acción adoptados en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos que tuvo lugar en Viena, en 1993, se estableció asimismo que: “la democracia se basa en la voluntad del pueblo, libremente expresada, para determinar su propio régimen político, económico, social y cultural, y en su plena participación en todos los aspectos de la vida”.

El sistema político cubano es genuinamente auténtico y autóctono, está fundado en las experiencias heredadas de su rica historia de lucha por la igualdad y solidaridad entre los hombres y mujeres, la independencia, la soberanía, la no discriminación, la unidad, la participación, el poder popular y la justicia social.

Lo primero que habría que subrayar para explicar el sistema político cubano, es que nuestro modelo no es importado, nunca fue una copia del modelo soviético ni del existente en los entonces países socialistas de Europa Oriental, como quieren hacer ver los enemigos de la Revolución.

Con la aprobación en referéndum popular en 1976 de la Constitución socialista, se avanzó un importante proceso de institucionalización del país, creándose, entre otros, los Órganos del Poder Popular, tales como la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo y el Consejo de Estado.

En el año 1992, se llevó a cabo una importante reforma constitucional y del sistema electoral cubano, para posibilitar entre otras cuestiones, que la elección de los Diputados a la Asamblea Nacional y de los delegados a las Asambleas Provinciales, se realizara también, como ya era el caso para los Delegados a las Asambleas Municipales, mediante el voto directo y secreto de los electores.

Características del sistema política y electoral cubano:

1- Organización periódica, por sufragio universal e igual y por voto secreto de las elecciones.

2- Inscripción universal, de oficio y gratuita en el registro de electores de todos los ciudadanos con derecho al voto, a partir de los 16 años de edad.

3- Postulación directa de los candidatos a delegados a las Asambleas Municipales por los propios electores en asambleas públicas, en los que deben nominarse no menos de 2 y no más de 8 candidatos (en muchos países son las cúpulas de los partidos políticos las que nominan a los candidatos).

En el proceso de nominación de candidatos para las Asambleas Municipales, para 14,949 puestos a ser elegidos en octubre del 2002, fueron nominados 32,585 candidatos, en 39,981 asambleas de base, con la asistencia del 81.7% del electorado.

4- Las asambleas municipales postulan los candidatos a delegados a las 14 Asambleas Provinciales y a Diputados a la Asamblea Nacional, aprobando o rechazando, las propuestas de las Comisiones de candidaturas, integradas por los representantes de organizaciones sindicales, sociales, estudiantiles, campesinas, de mujeres y otras. Al final, la última palabra la tiene el pueblo, mediante su voto directo y secreto en las urnas.

Para las últimas elecciones generales de enero del 2003, se desarrollaron 860 plenos de esas organizaciones, con una asistencia promedio superior al 87%. Estos realizaron 57,340 propuestas para delegados a las Asambleas provinciales y para diputados a la Asamblea Nacional, que fueron consideradas por las Comisiones de candidaturas.

Se realizaron consultas para las candidaturas a delegados a las Asambleas provinciales y diputados a la Asamblea Nacional, sobre las propuestas a Presidentes y Vicepresidentes a las Asambleas Municipales y Provinciales, así como para los cargos de Presidente, Vicepresidente, Secretario y para el resto de los integrantes del Consejo de Estado. En estas consultas en centros de trabajo, estudio, sector cooperativo y campesino, unidades militares, comunidades, etc., participaron 3,068, 878 personas.

Se efectuaron también 11,102 encuentros de presentación de los candidatos en centros de trabajo y estudio, unidades militares, comunidades urbanas y rurales, con la participación de 2,161,159 personas.

Como parte del ejercicio democrático, en el proceso de postulaciones de candidatos en las elecciones generales de 2003, fue necesario que las Comisiones de Candidaturas en dos municipios del país hicieran nuevas propuestas de sendos candidatos a la Asamblea Nacional y a la Asamblea Provincial, al no ser aprobadas sus propuestas iniciales por las Asambleas municipales correspondientes.

5- Inexistencia de campañas electorales con costos millonarios y con el recurso a la ofensa, la difamación y la manipulación. Todos los candidatos reciben igual tratamiento. La única propaganda aceptada es la publicación oficial de la biografía con los méritos y condiciones de todos los candidatos.

6- Total limpieza y transparencia en las elecciones. Las urnas son custodiadas por niños y jóvenes pioneros, se sellan en presencia de la población, y el conteo de los votos se hace de manera pública, pudiendo participar todos los interesados, incluida la prensa nacional y extranjera, diplomáticos, turistas y aquel que así lo desee.

7- Obligación de que todos los elegidos lo sean por mayoría. El candidato sólo es electo si obtiene más del 50% de los votos válidos emitidos. En el caso de los delegados a las Asambleas Municipales, si este resultado no es alcanzado en la primera vuelta, irán a la segunda los dos que más votos obtuvieron. En el caso de los delegados a las Asambleas provinciales y Diputados a la Asamblea Nacional, si un candidato no es electo, se debe nominar un nuevo candidato para una segunda vuelta electoral.

En la primera vuelta de las elecciones a delegados de las Asambleas Municipales el 20 de octubre del 2002, fueron elegidos un total de 13 576 delegados, el 90.8 % de los cargos a elegir, al obtener la mitad más uno de los votos emitidos. Por ese motivo se efectuó, el 27 de octubre, una segunda vuelta electoral en 1370 circunscripciones, donde obtuvieron la mayoría requerida todos los cargos a elegir, excepto 3, que fueron elegidos en una tercera vuelta en las 3 circunscripciones correspondientes.

8- El voto es libre, igual y secreto. Todos los ciudadanos cubanos tienen el derecho a elegir y ser elegidos. Como no hay lista de partidos, se vota directamente por el candidato que se desee. En los casos de la elección de los delegados a las Asambleas provinciales y de los diputados a la Asamblea Nacional se puede votar por uno, por varios, por todos, o por ninguno de los candidatos.

9- Todos los órganos representativos del Poder del Estado son elegidos y renovables.

En las elecciones para Diputados de enero del 2003, se renovó el 62% de los miembros de la Asamblea Nacional. De los 31 miembros del Consejo de Estado, que tienen que ser elegidos por la Asamblea Nacional, 21 fueron reelectos y 10 renovados.

En el caso de las 14 Asambleas Provinciales, en el 2003 fueron reelegidos 8 Presidentes y 6 Vicepresidentes y elegidos 6 nuevos Presidentes y 8 Vicepresidentes.

En las 169 Asambleas Municipales, fueron reelegidos en octubre del 2002, 95 Presidentes y 72 Vicepresidentes, para un 43.8% y un 57.3% de renovación, respectivamente.

10- Todos los elegidos tienen que rendir cuenta de su actuación a sus electores.

11- Todos los elegidos pueden ser revocados por sus electores en cualquier momento de su mandato.

12- Los diputados y delegados no son profesionales, por tanto no cobran salario por el desempeño de esa responsabilidad.

13- Alta participación del pueblo en las elecciones. En todos los procesos electorales que se han celebrado desde el año 1976, ha participado más del 95% de los electores.

En las elecciones para delegados a las Asamblea